lunes, 24 de agosto de 2009

Sol y Sombra


Hace años hubo en España numerosos pueblos anegados para combatir la sequía. Los que aún vivían allí y tuvieron que abandonar sus casas contaban años después historias teñidas de agua y melancolía, y las nuevas leyendas, que nunca cesan, comenzaron a hablar de campanas que doblaban bajo el agua y de enamorados de relación prohibida que nunca salieron de su calle y que murieron ahogados antes que enfrentarse a su separación.
Ahora, de pronto, las torres de esas iglesias olvidadas asoman entre el agua evaporada del pantano, el miedo frente a un pasado que se creía definitivamente muerto, y que sin advertencia de ningún tipo reaparece frente a nuestros ojos.
El misterio, el aire de saber muchas cosas que conserva todo lo viejo.Y por último, una carcajada siniestra:por mucho que quiera controlar el ser humano lo que le rodea, la apuesta siempre está perdida.